sábado, 25 de septiembre de 2010


-Hijo mío, he de contarte una cosa. Es sobre la vida. La vida es como un camino, como una carretera. Al principio, uno no sabe bien a donde ir. Tiene miedo a perderse, a no encontrar un camino. Pero termina caminando. Luego, luego se sigue el camino. Muchas veces es  difícil, otras veces todo se vuelve borroso. Uno puede llegar a perderse, o no saber que dirección tomar. Pero al final termina decidiendo. Porque ese es su camino. Un camino lleno de momentos felices, tristes, amargos, alegres, duros... pero todos y cada uno de ellos, único, irrepetible, forma parte de tu camino y de ti mismo. Y al final, como todo camino, termina.-

-¿Y eso es lo malo de la vida, que siempre acaba con la muerte?-  

-No. La vida no acaba con la muerte, no. La vida acaba justo como uno quiera que acabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario