jueves, 7 de octubre de 2010

Lluvia

Herido, llora. Llora.
Herido llora y sangra.
El cielo llora y sangra.
Miles de cientos de gotas hermanas
pintando de gris eterno los colores del mundo
Y abajo su llanto es pisado
pisado por figuras y figuras,
hordas escapando del chaparrón.
Una ventana, un cristal.
A cada gota de mi.
Un cristal nos separa.
En el silencioso estrépito, solo sus ruidos me rodean.
Ensordecedor.
Glic, glic, glic y glic.
Y no. No y no,
lloro yo no porque llore el cielo. No.
No es mio su dolor.
Ese llanto que me es familiar, amable.
El hogar que aguarda.
Calor. O algo que intenta imitarlo.
Todo lo es en mi la lluvia. Incesante.
Bajo sus gotas, por eso permanezco
Por eso su gris me cubre y cala.
Porque es bajo la lluvia, sombra de plomo frío,
El lugar al que pertenezco.

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