Una ola. Un soplo del viento fugaz.
Una hoja de Otoño, bajo sol de primavera de Abril.
Un día quiso dejar caer un sueño en mis manos.
Un sueño. Solo eso. Y soñé.
Soñé el sueño que los dedos acarician
trémulos del temor de despertar
Un sueño que juega a arrancar un pedazo del infinito.
Y le hace vivir. Y le hace ser.
El que siempre existe. Siempre nuevo. Siempre bello.
Es el sueño alma, es el alma calor de hogar,
es esperanza, esperanza de amar. De soñar.
Sueño que te inunda. Sueño que me elige.
A mi. Solo a mi.
Y a ti.
Y un copo de nieve. Un Sol de rayo clavado en ojos.
Eso y nada más. Despierta.
Y ya está.
Y soñar solo una vez,
revela que ya no sabré soñar más.
Despues de todo
¿Quien soy yo para soñar?
¿Y quienes mis sueños para creerse realidad?
¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir. Confucio
sábado, 30 de octubre de 2010
lunes, 18 de octubre de 2010
jueves, 7 de octubre de 2010
Lluvia
Herido, llora. Llora.
Herido llora y sangra.
El cielo llora y sangra.
Miles de cientos de gotas hermanas
pintando de gris eterno los colores del mundo
Y abajo su llanto es pisado
pisado por figuras y figuras,
hordas escapando del chaparrón.
Una ventana, un cristal.
A cada gota de mi.
Un cristal nos separa.
En el silencioso estrépito, solo sus ruidos me rodean.
Ensordecedor.
Glic, glic, glic y glic.
Y no. No y no,
lloro yo no porque llore el cielo. No.
No es mio su dolor.
Ese llanto que me es familiar, amable.
El hogar que aguarda.
Calor. O algo que intenta imitarlo.
Todo lo es en mi la lluvia. Incesante.
Bajo sus gotas, por eso permanezco
Por eso su gris me cubre y cala.
Porque es bajo la lluvia, sombra de plomo frío,
El lugar al que pertenezco.
Herido llora y sangra.
El cielo llora y sangra.
Miles de cientos de gotas hermanas
pintando de gris eterno los colores del mundo
Y abajo su llanto es pisado
pisado por figuras y figuras,
hordas escapando del chaparrón.
Una ventana, un cristal.
A cada gota de mi.
Un cristal nos separa.
En el silencioso estrépito, solo sus ruidos me rodean.
Ensordecedor.
Glic, glic, glic y glic.
Y no. No y no,
lloro yo no porque llore el cielo. No.
No es mio su dolor.
Ese llanto que me es familiar, amable.
El hogar que aguarda.
Calor. O algo que intenta imitarlo.
Todo lo es en mi la lluvia. Incesante.
Bajo sus gotas, por eso permanezco
Por eso su gris me cubre y cala.
Porque es bajo la lluvia, sombra de plomo frío,
El lugar al que pertenezco.
domingo, 3 de octubre de 2010
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